La utilización de los rasgos únicos de cada persona se plantea como la solución ideal para hacer desaparecer las miles de claves. MasterCard prevé que las instituciones financieras adopten este método a nivel mundial en 2017.
Gracias al desarrollo de la biometría, en un futuro cercano podrá prescindirse de las fastidiosas y olvidadizas claves numéricas y contraseñas para cerrar una compra o realizar operaciones bancarias, para las que bastarán las huellas dactilares, un selfie o los latidos del corazón como identificación del usuario.
La utilización de estos rasgos únicos de cada persona se plantea como la solución ideal para hacer desaparecer los miles de password que es necesario recordar y que tantos trastornos traen cuando se olvidan.
Según una encuesta a nivel global elaborada por MasterCard, el 53 por ciento de los compradores olvida sus contraseñas más importantes más de una vez a la semana, lo que les hace perder más de 10 minutos en el restablecimiento de las cuentas.
“Como consecuencia, más de un tercio de los consumidores abandonan sus compras online y seis de cada diez afirman que, por este motivo, perdieron una transacción en la que el tiempo era fundamental como, por ejemplo, la compra de entradas de conciertos”, afirma la directora de innovación y desarrollo de negocio de MasterCard España y Portugal, Paloma Real.
Para mejorar la experiencia del cliente, las compañías dedicadas a los medios de pagos y algunas entidades bancarias ya están trabajando con la biometría, o lo que es lo mismo, el estudio de métodos automáticos para el reconocimiento único de humanos basados en uno o más rasgos físicos o conductuales intrínsecos del individuo.
“Con el uso de esta tecnología además incrementamos la seguridad para las operaciones bancarias”, explica Javier Mira, cofundador y vicepresidente de FacePhi, empresa valenciana especializada en el desarrollo y comercialización de software de biometría por reconocimiento facial.
“Para la banca, el ahorro económico que supone incorporar nuestro sistema de reconocimiento facial es enorme, ya que el mayor fraude que sufre es el llamado ‘skimming’ o, lo que es lo mismo, la clonación de cuentas o tarjetas. Además, se trata de atraer al cliente y fidelizarlo mientras se incrementa la seguridad en las transacciones”, agregó.
Pese a parecer ciencia ficción, los sistemas de reconocimiento facial de FacePhi ya funcionan en entidades bancarias de Guatemala, Bolivia, México, Costa Rica y Ecuador.
Sumando la biometría y la moda de los selfies, FacePhi ha desarrollado la aplicación ‘Selphi’, destinada a la banca móvil y que permite al usuario acceder a sus cuentas bancarias y realizar operaciones con un autorretrato.
Este mismo concepto es el que desarrolla MasterCard con su solución MasterCard Identity Check, que permite identificar al propietario de la tarjeta a través de sus huellas dactilares, reconocimiento facial o latidos del corazón utilizando tecnologías instaladas en los dispositivos móviles, como la biometría o el envío de contraseñas únicas por SMS.
Esta técnica pionera en medios de pago se comenzó a utilizar en Países Bajos y Estados Unidos el pasado otoño a través de programas piloto y las previsiones son que este servicio esté disponible a mediados de 2016 para las instituciones financieras en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, mientras que el lanzamiento mundial se producirá en 2017.